Capítulo 23 (traducido por Jade)

ESPERA, ESPERA, WHOA. INHALA. EXHALA. OKAY. PRIMERO LO PRIMERO. Para probar la validez de mi investigación, cambie a mi perra interior y comande a mi sirviente. No era una petición. Me dispense con cortesía, tales como "por favor". Mejor, me senté en el porche y deliberadamente dirigí mi energía cerebral: Sin, trae tu trasero aquí. Lo hice un mantra, obligando al retumbar del enclenque Cutlass en Daisy Lane. Así que yo estaba un poco nerviosa cuando Sin tomo la entrada a todo galope en un resoplido de Black Jack. Desmonto, tendió las riendas en el porche, subió las escaleras, y me miro con perpleja obediencia.

"¿Mi Lady?"

"¿Qué pasa con el caballo?"

"Yo – tu – Kurt tiene el coche," completo finalmente.

"Oh." Las esquinas de mis labios se retorcieron.

"No tenias que apresurarte."

"¿No tenia?" Ya que claro que tenia que hacerlo.

Fui al grano, "Se lo que eres, Sin. Eres un golem. Es una cosa judía, pero evidentemente tu eres una versión Nativa Americana." El no exclamo ninguna objeción, así que continúe. "De acuerdo con la literatura, un golem requiere hacer las ordenes de la persona que lo creo."

Sus siguientes palabras salieron como hipo: "Tu orden es mi honor."

Esto era interesante. Muy Aladino. R.C. juntó su coraje para checar a Black Jack mientras yo evaluaba una gran animal negro mío. "¿Qué te parece un lap dance?"

Sin tuvo que procesar eso. Después hizo una cara que decía: vamos. Lo mire impasiblemente. Así que él comenzó a girar sus caderas…

Me quebré, por supuesto. "Oh, termina con eso." El parecía aliviado. "Siéntate." Señale con mi barbilla la silla. El se sentó. "Así que, no solo me engañaste para crearte, también te olvidaste de decirme que tu completa razón de ser es ser mi asistente personal."

"Es verdad," dijo él. "No puedo negarte nada."

"Bueno entonces, aquí está mi primera orden oficial: Nunca me mientas."

El pareció petulante. "Nunca lo he hecho," insistió. "Hay reglas a nuestra relación, y esa es una de ellas."

"¿Reglas, huh? Bueno saberlo. Así que te paree si me dice que, exactamente, eres capaz de hacer. ¿Saltar edificios altos en un solo intento? ¿Invisibilidad a voluntad? ¿Visión de rayos X?"

"No sé nada hasta que lo intento. ¿Necesitas un salto de edificios altos?" el miro hacia el techo. "¿Un silo, tal vez?"

No conteste.

"Creo que es más sutil que los atributos de payaso que mencionaste," el continuo. "Tanto como puedo estar seguro, tengo las misma habilidades que tenía como hombre, solo agrandadas. Como un hombre, era intuitivo. Ahora, visión de rayos X, no – pero siento, querida dama, siento.

¿Podía el sentir que estaba conteniendo el Fuerte Knox del miedo?

"Aun mas, alguna vez fui considerado carismático; ahora excesivamente eso."

¿Podría este porche contenernos a los dos además del floreciente ego de Sin?

"La invisibilidad puede eludirme," continuo él, "pero puedo convencer a alguien de que no puede verme, lo cual seguramente es bueno."

El recorrió una mano contemplativa a través de su mentón. La barba crecía ahí, y tuve la urgencia de tocarla, averiguar si se sentía como musgo.

"Y… que mas. Oh, sí. ¿Me permites una demostración?"

Lo insiste a proseguir con una señal. Sin removió una maceta de una planta cercana, sopeso el pedestal. "Como hombre, yo trabajaba en tiemblas del fuego de la forja. Era fuerte." Rompió la patas y comenzó a doblarlas como un payaso hace figuras de globos. "Ahora soy más fuerte." Ta-ran un conejito forjado de hierro.

Regreso a su asiento, y nos miramos el uno al otro desapasionadamente. Mientras tanto, Black Jack estiro su gran yunta del cuello donde RubyCat estaba en el suelo. Hocico con hocico, se olfatearon. El caballo que alguna vez vi amenazar a su amo volteo manso frente a un gato del tamaño de una pinta. Y el muchacho tan acostumbrado a nublar sus ojos ya no trato de hacerlo. Los mire y vi… tanto. Inteligencia. Intensidad. Humor. Hambre. Enojo. Honor. Orgullo. Pero también faltaba mucho.

"Okay… continuando," dije. "Las posibilidades son que tienes una pierna en el jardín de las variedades de golem." Sin era un mutante – su propia lluvia de ideas pero mi brillante, inescapable error. "Esto me hizo dudar que tu objetivo principal es ser mi ayudante. Eso es más bien una desventaja con la que tienes que competir. Así que dime, Sin, ¿Qué te trajo a Swoon, específicamente?"

No tuvo otra alternativa más que contestarme. "Es mi misión asegurar que la gente de este pueblo tenga su merecido. Y con mis medios, eso de ser fácil: Solamente los apunto hacia sus tendencias inherentes y dejo que la naturaleza tome su curso."

Uh-huh. Alentarlos y verlos destruirse solos. Solo si la venganza es un plato mejor servido frio, Sin tendría verdaderamente quemarse congelado. Casi me rio. "Mira, amigo, se que tienes un trato muy crudo aquí, pero eso fue hace casi doscientos cincuenta años atrás," dije. "¿Recuerdas? ¿Hola, siglo veintiuno?"

"No entiendo cual es la diferencia que el paso del tiempo hace," dijo el obstinadamente.

"Déjame dejarlo claro para ti, entonces: La gente de la que quieres extraer justicia están bien muertos."

Sacudió su cabeza despreciativamente. "Podre nunca saber quien asesino a mi Hannah, pero si se quien nos persiguió, y sus familiar aun mantienen su poder en Swoon."

Mientras él decía esto, recordé el juramento que él dijo en cierto día de verano en village green. "Adviertan a los hijos de los hijos de tus hijos…" Oh, demonios.

"Los Addams, por ejemplo. Un Addams fue el juez en mi parodia de juicio. Que tan regiamente debe apestar ser uno de sus descendientes en el presente, con una preciosa hija humillada públicamente y ahora incapaz de hacer algo más allá de chillar y berrear.

Así que Sin había orquestado lo que ocurrió en el baile. Y la teoría de la catatonia gano.

"Y luego están los Emerson y los Chadwick."

¡Wick, no! Ella era una elitista snob, cierto, pero era mi amiga.

"Y no nos olvidemos de los Leonard."

Eso fue todo. "¡Sin! Los Leonard no tienen nada que ver con lo que te paso a Hannah y a ti,"

"Ruego diferir. Mi abogado era un Leonard, el caso que presento gravemente inadecuado. El padre de Pen es abogado, ¿no es así?"

"Eso solo es una coincidencia."

"Tal vez; tal vez no. Pero yo tengo un Leonard a mi disposición ahora que ha probado ser más útil que su antecesor."

"Te refieres a Pen."

Extendió sus piernas en toda su longitud, con cada talón de las botas en un ruido distinto. "He despertado a Pen en una manera que sirve a mi propósito. Y pronto mi dulce, insaciable succubus seducirá a un Sr. Lawrence Chadwick, uno de los corredores de bienes raíces mas prominente de Western Connecticut. La noticia de su relación ilícita debe demoler fácilmente a los Chadwick."

¿El papa de Chad? En una palabra: ¡asco! El era viejo y vestía Dockers. Pen no… ella no podría. Pero claro que ella podría, lo haría. ¡Porque, Sin no era más que un padrote!

"Las cosas ya están en movimiento. Pen no tendrá mucho descanso en la ida a dormir con Caroline Chadwick, te lo aseguro."

¿Wick, teniendo una pijamada? ¿Cuántas éramos, doce? ¿Y dónde estaba mi invitación, perdida en el correo? "No, Sin yo… yo lo prohíbo."

"Ah, pero tú no tienes ningún dominio sobre Pen, mi lady."

"Pero tú sí. Ella haría cualquier cosa por ti."

Sin se encogió de hombros. "Creo que has descubierto limitaciones en tu dominio sobre mí, también. No variedad del jardín de golem, de hecho."

Mire lejos. El ya había construido una resistencia para mi dominio y estaba reclutando soldados: Pen en su lugar, Kurt Libo seguro; ¿Quién mas se había alistado? La luna se había vuelto creciente; yacía contra el cielo como una delgada hoja de acero en una caja violeta. "¿Qué hay de mi?" le pregunte. "¿Cómo entro yo en tus planes?"

Había algo raro en la amabilidad de su mirada. "Ah, Dice, ahora esa es la pregunta." El la rumio con el peso de su mirada. "¿Puedo decirte mi sueño?"

Yo habría pensado en un alma como un prerrequisito para soñar, pero claramente yo era una boba. "Adelante." Dije.

"Bueno, como prefacio: la manera en la que estamos entrelazados, nosotros dos – yo creo que es la providencia. Ese día en julio, Pen era un embace, pero pudo haber sido cualquiera. Kurt Libo. El Sr. Evans." El pensamiento de Sin mudándose a nuestro maestro de historia, todo el paquete de cinco pies, casi me hace reír. "Pero tú fuiste – tu eres – mi destino. No importo en el cuerpo de quien entrara, mientras tu estuvieras cerca para entregarme."

Entregarlo. Así que yo era FedEx ahora.

"Sabes te he admirado mucho, y no por medio de las habilidad que abjuras. Te veo como mi igual, Dice – mi pareja, la manera en la que ninguna mujer ha sido."

"¿Oh, en serio?" dije quedamente. Y pregunte lo que era esperado. "¿Qué hay de Hannah?"

"Hannah." Tristeza y resignación suavizaron sus rasgos. "Hannah era diferente. Yo era diferente." internamente el inventario las muchas, muchas maneras. "Hannah era… inmadura, frivolosamente impulsiva. De otra manera tu, yo nunca conocí una chica tan… competente."

¿Competente? Genial. Bueno, ¿Qué quería escuchar?

"Y a veces pierdo el tiempo en la noción de tu y yo unidos. Primero, al llevar este pueblo a la ruina. Después de lo cual… ¿quién sabe? Puedes enseñarme Nueva York, tu Nueva York. O podemos ir a Londres, o Paris, o Constantinopla."

"Estambul."

"No es mentira; lo digo en serio." Sus ojos eran firmes.

"No. Estambul. Constantinopla ahora es llamada Estambul."

Sin sonrió. "Ah. ¿Pero ves? ¿Las maneras en las que podemos enriquecernos mutuamente? Las cosas que podemos compartir, los mundos por conquistar. No conocemos fronteras, no hay límites…"

Era un encantador sueño. Lleno de orgullo e inhumanidad, tal vez, un asesino, una maliciosa extensión de un sueño. Pero encantador, tan encantador, y no obstante tentador.

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