Capítulo 20 (traducido por Jade)

CON LA COMPLETA Y SIN SALTOS DESCRIPCION DE LA DEFLORACION DE MI PRIMA en la vanguardia de mi conciencia, tuve que pararme frente a mis padres, compañeros y cols., y cantar Mozart. Suerte para ellos si yo no vomitaba en proyectil. Una docena de chicas en blusas blancas y faldas marino a la rodilla, nos reímos con pánico en el área de almacén de instrumentos del salón de música de Swonowa. La Srita. Welch, nuestra rellenita, líder pecho de pichón, no había apartado el auditorio – no esperábamos las masas abarrotando el corredor y retándose unos a otros por las sillas.

"¡Solo de pie!" La Srita. Welch tenía un trinar tambaleante cuando hablaba, pero podía mantener una C alta tanto tiempo como David Blaine podía mantener la procesión de un sarcófago. "Nunca habíamos tenido una recurrencia como esta para un pre-recital."

Habría odiado romper su burbuja, pero la multitud no se había reunido para el coro. Más bien, estaba torpemente formada para recibir a Sinclair Youngblood Powers. El debió de haberle mencionado a alguien que estaría ahí – era todo lo que parecía. Chicos que no tenían clases con el querían mirarlo mejor, y el zumbido acerca del nuevo chico había llamado el interés de los adultos también, aunque nadie podía evitar tal curiosidad.
Ellos no podían decir que, exactamente, la tenia desafiando los límites de velocidad para llegar a la secundaria a las cuatro treinta. Y en tales condiciones de sofoco, con la temperamental comunidad de Swonowa a la espera.

Metiendo el área de instrumentos. Vi a la gente del pueblo acercarse para saborear la vibra de Sin. Mi más querido deseo era romper entre la masa humana con un grito de Banshee y una linda hoz afilada. No, al diablo con la hoz. La manera en la que me sentía, podría aliviar a esos apuesto hombros de su finamente cincelada cabeza con una significativa mueca.

Si creía que había alcanzado la cima del autraje oyendo la sumisión oral de Pen a las "Cartas de Pethouse," estaba equivocada. Mientras la Srita. Welch nos guiaba a nuestros puestos, a quien vi sentado junto a Momster, con papa acercándose para escuchar cada una de sus palabras. ¡Ese demonio! Yo estaba agotando rápidamente los miembros de mi familia del embelesamiento de él.

La Srita. Welch golpeo el bastón en el podio. La asamblea se aquieto. "Ave Vernum Corpus." ¿Traducción? "Salve, cuerpo verdadero." Mozart tuvo un éxito con su versión del himno en 1790, pero la fecha real se remonta al siglo catorce. Aunque cantábamos en latín, la Srita. Welch había proveído un texto en inglés para que entendiéramos la esencia. Una cancioncilla un poco sangrienta, que se refiere a Jesucristo, específicamente, pero si le das una interpretación más amplía, es acerca de la redención a través de sufrimiento.

Como.

Muy.

A propósito.

Cante silenciosamente – la dirección es vox sotto – pero un murmullo puede cortar como un grito. Cante dulcemente. Desde que creía completamente que no hay bendición sin angustia. Le cante a él y solo a él. Y con cada nota que entregaba, la temperatura comenzó a descender. No como si la comunidad golpeara o una briza soplara, pero un suave, sostenido fenómeno. Frio. Más frio. Okay, realmente frio. Al principio el demente frio fue un alivio bienvenido. Muy pronto, las mangas comenzaron a ser bajadas, botones fueron abotonados. Había el canto inspirado a alguno a llorar, pero la medida final, la última línea: "in mortis examine" ("en el trato de muerte") – las lagrimas habrían sido convertidas en paletas de hielo.

Terminamos en silencio – luego la audiencia rompió de su estado criogénico para aplaudir. Durante nuestro segundo numero – el emocionante espiritual "Do Lord" – la atmosfera modero a tolerable, luego placentera. Una recepción de galletas-y-cidra siguió, la Srita. Welch cacaraqueaba acerca de no tener suficiente. Momster y papa bajaron los elogios – "¡Cariño, estuviste maravillosa!" y "¡Cantaste como un ángel!" y "¡Esa es mi niña!" la Srita. Welch tartamudeo durante una introducción, diciendo a papa lo mucho que había disfrutado su trabajo en La Ley y El Orden, mientras él me abraza fuerte y señalaba que la manzana no cae muy lejos del árbol.

Hay tanto que una persona puede tolerar, así que eventualmente comencé a buscar a Sin. ¿No debería de ser el alma de la celebración, robando el trueno del coro? Después de todo, el atrajo esta confederación, aunque parecía que lo había olvidado para ahora. Salí de los abrazos de mis padres, hice una ronda en el cuarto, después vague por los salones un poco. Sin signos de Sin. Evidentemente, había sacado un Elvis y había dejado el edificio.

Después de una comida rápido en un desayunador al lado del camino, papa y Momster se fueron a sus respectivos destinos. La casa era un refugio – mi lugar – y esperaba parrandear en la vacuidad, sacar my basura de emociones. Que fue cuando el teléfono sonó.

"Voy a recogerte." Era Pen. "Debemos ir a casa de Marsh."

De su cortante tono podía decir que algo estaba mal. Me puse un suéter contra el nuevo frio justo a tiempo para su bocina.

"Es tan horrible," dijo Pen. "Marsh nos explicara cuando lleguemos allá."

El contacto de mi prima con su amante paranormal no salió en el camino. Tal vez ella estaba preocupada con interés por Marsh. O también creía que yo carecía de interés por el tema. Todo lo que maneje murmurara en el lago fue "Felicitaciones en la eliminación de ese molesto himen," después parafraseé un anuncio de servicio público sobre sexo seguro. Mientras el coche se comía el asfalto, mantuvimos nuestros pensamientos para nosotras mismas.

El olor de pay de manzana fresco no golpeo en el instante en que entramos en la carretera pero poco señalada a la casa de Marsh. Una deidad morena dorada se sentó en la mitad de la mesa de Formica con Marsh sentándose absorta frente a él. Ella giro hacia nosotras con ojos llorosos.

"Ella se fue," fue todo lo que dijo. Luego nos dio una nota.

Querida Kristin:
No espero que entiendas o que me perdones, pero he soportado todo lo que podía soportar. Ahora tengo una oportunidad de felicidad con el Sr. Sorensen. Puede ser difícil al principio, pero las cosas serán más fáciles para todos así. Tengo que creer eso. Hristin,he hecho lomejor para cuidarte bien, y ahora tu cuidaras de us hermanas. Cuando las cosas se calmen, estaré en contacto. Hasta entonces, por favor sepan que ustedes niñas están siempre en mi corazón.

Todo mi amor,
Mamá.

"Santa mierda," dije, y puse la nota a un lado del pay. La ultima puñalada de instinto maternal de la Sra. Marshall.

"¿Quién es el Sr. Sorensen?" pregunto Pen.

"Su jefe," dijo Marsh sin amargura. "Desearía poder decir algo malo acerca de él, pero es agradable. Ella merece ser feliz. Pero… yo solo…" su cabeza cayo, sus hombros se colapsaron, pero sus sollozos fueron silenciosos.

"Oh, Marsh, lo siento tanto," dije, verdaderamente, inefectivamente. Interiormente me maldecía por la previsión del juego que había husmeado en el estacionamiento de Swonowa. Yo había previsto esto y, tan inmersa en mi propio drama, no había hecho nada – aunque podía imaginar como podría hacerlo prevenido. ¿El rango e importancia de la criatura que había amenazado e Marsh y sus hermanas en la película de terror en mi cabeza? Su nombre era Douglas Marshall.

"¿Dónde está tu papa ahora?" quise saber repentinamente.

"Fuera emborracharse, probablemente," dijo ella, "ellos tuvieron una gran pelea anoche. Comenzó silenciosamente, horriblemente silencioso, como fuga de gas. Después el estaba vociferando, llamándola de todos los modos del libro. Yo solo me quede en mi cuarto, imaginándome que se iría, regresaría después convenientemente con algunas rosas de tienda – ya sabes, las que ya están muertas cuando las compras. Todos pretenderíamos que nada había pasado, y todo el estúpido ciclo comenzaría de nuevo. Solo… creo que ella se decidió. Ni siquiera sé si ella le dijo. Y claro Charlotte y Willa no saben, aunque de algún modo lo saben, deben saberlo. Quiero decir, ella horneo un pay…"

Los silenciosos sollozos comenzaron de nuevo.

"¿Qué vas a hacer?" Pan puso su mano encima de la de nuestra amiga. Así Pen – amable e interesada. Aunque, el gesto pareció vacio, y la atrape mirando al reloj en la pared.

"No lo sé," dijo Marsh.

"¿Qué [size=12]podemos hacer?" escarbe directamente a través de mi cerebro. "Pen, tu padre es abogado. ¿Maneja el este tipo de cosas? ¿O qué hay del padre de Burr? ¿El es juez no? Tal vez –"me calle. El tío Gordon, el Sr. Addams – tipos profesionales del cuello blanco en la misma liga que el Sr. Sorensen – involucrarlos podría poner al papa de Marsh en algún alboroto proletariado. "¿Están las niñas en su cuarto?" cambien la pista. "Tal vez deberíamos de ir todos a mi casa. Hay suficiente espacio y-"

"No," dijo Marsh firmemente. "No puedo perturbarlas más. Ellas necesitan estabilidad, y… ellas aman a papa. El no… no podría…" su voz comenzó a temblar. Retiro su mano de la de Pen, se limpio la nariz con ella. "Solo tengo que mantenerlas juntas."

"Nos quedaremos contigo," dije.

Marsh me miro, por completo. "No," dijo ella. "No, gracias. Chicas son geniales; aprecio que hayan venido. Pero esto es mi asunto." Haciéndose la dura, se levanto de la mesa y abrió el refrigerador, lo cerró, fue hacia la alacena. Los jeans flojos estaban de regreso, sudadera lo suficientemente grande para tres. "Debo de hacer algo para la cena. Dios, es tan tarde. La niñas no han comido, y cuando el llegue a casa, si tiene hambre…"
"¿Estás segura?" dije. Porque yo no lo estaba.

"Segura," dijo Marsh.

Pen se sentó a la mesa, admirando ausentemente su manicura. Rojo Dragón-lady. Más allá de lo raro. Las uñas de Pen siempre estaban hechas, pero siempre un discreto malva o rosa pálido. Ella y su madre se hacían la manicura juntas, un tono a juego; era su ritual semanal juntas. Ellas deberían de haber ido esa tarde. Me pregunte su Lainie escogió un rojo también. [/size]

Marsh se puso nerviosa. "Chicas deberías de irse," dijo. "No quiero que piense que le he dicho a alguien."

"Pero nos llamaras, si… cualquier cosa."

"Si, si. Llamaré. Pero está bien. En serio. Solo váyanse, está bien. Las veré en la escuela."

No vi otra opción, así que dije Okay. Después dije, "Pen."

Sin respuesta.

"¿Pen?"

"¿Hmm? ¿Qué?"

"Vamos. Nos vamos."

Quería darle un abrazo a Marsh, pero se encogió tanto dentro de su ropas, dentro de ella, que no la pude encontrar. En su lugar, un robot hizo Hamburguesas. Conduciendo lejos de "esa parte" del pueblo note el Glotón, un anuncio de taberna encendido en un edificio como una larga cabina. ¿Qué era un glotón, de todos modos? Una clase de bestia de rango e importancia, bajo en la tierra, con largos y afilados dientes. Ajuste mi suéter a mí alrededor.

"¿Crees que ella estará bien?" le pregunte a Pen.

"Oh, seguro." Ella estaba tan tranquila. "Su padre es un fenómeno, pero ella sabe cómo manejarlo."

"See, pero ¿qué pasa si él no regresa – y ellas están solas allá afuera?"

"No me preocuparía por eso, tampoco." Pen me hecho una ligera sonrisa. "Hay un arma cerca, y Marsh definitivamente sabe cómo manejar un arma."

Pen se estaciono en el número 12 de Daisy Lane. "¿Así que fue divertido antes?" pregunto ella agradablemente.
"¿Qué?"

"La cosa del coro. ¿Salió bien?"

"Si…," dije, como si hubiera tenido lugar hace meses y tuviera que recordarlo. "Estuvo bien."

"Siento habérmelo perdido. La próxima. ¡Lo prometo!"

Debió haber habido alguna cosa de BASP1, el cambio de poca seriedad para hacer que todo esté bien. Claramente mis genes judíos – cargados de desastre inminente en cada esquina – eran dominantes en esto. Salí del carro. "Te veo mañana," dije, y me fui.

"¡Buenas!" grito ella.

Corrí hacia la entrada como si me persiguieran.

"Buenas tardes, mi lady." Sin sentado en el porche, grande botas en el pasamanos, un dedo acariciando gentilmente la barbilla de RubyCat. El inconstante felino ni siquiera se digno a verme.

Ahora, tenía que entender esto bien. La claridad era la llave. Sin eufemismos o modernismos que él pudiera no comprender. "Fornicaste con Pen."

"Si."

Repetí el enunciado, usando otra palabra comenzando con j, dejando la preposición, sustituyendo un pronombre, y añadiendo un signo de exclamación.

"Si. ¿Eso la molesta?"

Literalmente estampe mi pie – era un reflejo. "Demonios Skippy me molesta, Sin. ¿Pero sabes qué? Justo ahora tengo otras cosas en mi mente que hacen que tu cagada no sea una prioridad."

"Ah, ¿Deseas hablar de ello?" su voz roso gentilmente a través de mi cráneo, confundiéndome. "La gente da tanta importancia de ser abiertos en estos días. Comunicación… validación…"

Como si necesitara que me valorara a mí. Que temple. Y desee que quitara sus garras de mi gato. Aunque yo parecía incapaz de cualquier pronunciación o acción; yo solo estaba ahí.

"¿Ves?" bajando sus pies, tomo a R.C. de su posición enrollada para dejarla acostada en una palma, la cabeza acunada en sus nudillos, la cola enrollada en su muñeca. "Te dije que ella vendría a mí."

"See," dije. "Tienes el toque."

El no respondió, solo metió a R.C. en la granuja de sus brazos y la hizo rabiar con propia cola. Ella se batió perezosamente.

"Sin, ¿Qué haces aquí?"

"Quería verte," dijo él, y se detuvo. "Decirte cuanto disfrute tu presentación, y conocer a tus padres."

Esta era mi primera oportunidad para demandar, "No que estás haciendo en mi porche - ¿Qué estás haciendo en Swoon?" para ofrecer toda la rareza que comenzó con su llegada. Tales como por que los padres de la gente que no estaba si quiera en el coro acudieron a un menudo pre-recital. O porque Pen se pintaría las uñas de un estridente rojo. Y si eso parecía inconsecuente, ¿Qué hay de la madre de Marsh huyendo con su jefe? Sin parecía responsable de alguna manera – pero mientras yo lo pensaba en mi mente, sabía que tan paranoide sonaría saliendo de mi boca.

"También quería preguntarte algo," dijo él.

Glup, glup. El estaba tan cerca de mí. Alcance a R.C., y él me la dio fácilmente. Ella se recargo en mi cuello. La pequeña zorra peluda. "Pues pregunta."

"Está haciendo tanto frio," dijo él. "Un truco puro, por cierto. Bravo."

¿Estaba el infiriendo que yo hice a los Fahrenheit caer? ¿Y, de hecho, lo hice?
El sostuvo afuera su mano. "¿Vamos a dentro?"

Que fácil solo tomarla, y dejarlo dirigirme por la puerta. Después tal vez el haría un fuego, y nos estiraríamos delante de el, y él me explicaría todo enseguida, hasta haría la seducción de Pen razonable, perdonable. Y una vez en ese cliché romántico mis pestañas se batirían, abrumadas por los tumultuosos eventos del día, y me hundiría en Sin, su beso…

"No."

¿Por qué no podía simplemente odiarlo? Puro, limpio, simple aborrecimiento. ¿Qué falla en mi cableado me evitaba patear este aberrante, inhumana excusa el absoluto, ultimado trasero? ¿Cuánto otros trucos tomaría para mantener mi mente limpia?

"Estoy cansada," le dije. Descansando contra las deslavadas tablillas de la casa, me percate de que real era.

"¿Quieres preguntarme algo? Hazlo rápido."

"Muy bien," dijo él. "Fin de curso. Una ocasión momentánea, he reunido. Particularmente el baile al final de la siguiente semana. Me gustaría mucho escoltarte."

Fin de curso, como concepto, no iba con mi experiencia urbana. Incluso en baile de los sénior es un asunto burgués para los niños citadino prejuzgando consentir para el factor kitsch. Pero el estaba en lo correcto – en Swoon en fin de curso era crítico. Engancharme con Sin Powers como mi cita sería un golpe social. "¿Qué hay de Pen?" dije.

"¿Pen? ¿Si? ¿Que hay con ella?"

¿Estaba el bromeando? "Pensaría en la vislumbra de las reciente actividades amorosas, tu quisieras escoltarla a ella." Mire al otro lado de la calle. Detrás de la cortina del cuarto de mi prima, la lámpara lanzo un suave brillo. "Apuesto que ella está arriba justo ahora, esperando a que le preguntes."

"Por que, lo haces sonar cono si Pen y yo estuviéramos esposados o algo así."

"See. Uh-huh. Solo son amigos con beneficios."

El termino era nuevo para Sin. Pero el asintió. "Si, eso es precisamente."

Sacudí mi cabeza. Todo era tan demente. Pero Swoon se estaba convirtiendo en un pueblo loco, así que tenía sentido. Es decir, ofrecí una proposición demente. "Que te parece esto: Iré al Baile de Fin de Curso si tu le preguntas a Pen, también. Ya sabes, hacer un feliz trío."

La noción se plateo a sí misma en Sin, mientras me quitaba de la pared e iba a dentro. Sola.

fIN.